El Martinismo o la Orden Martinista, es un
sistema filosófico de Caballería Mística Cristiana (entiéndase por cristiana como la búsqueda en nuestro interior de la Consciencia Crística, no de un movimiento religioso ya que en el
Martinismo, que no es una religión, se admiten como estudiantes a miembros de todas las religiones e ideologías).
A través de un proceso de estudio simbólico y
espiritual, realzado por los inspiradores rituales martinistas, y por la vestimenta simbólica que se emplea en dichos ceremoniales, el Martinista llega a descubrir su esencia más sublime. Lo que
le permite aspirar a retornar, por un proceso de transformación interior, al reino espiritual de donde surgió.
En el Martinismo se enseña la belleza y unidad
que existen en todas las cosas, así como la perfección de un plan divino en el que el Hombre es un Comisionado de Dios.
Para que esto pueda ser mejor comprendido
pondremos un ejemplo: En el Martinismo no se enseña la causa de las cosas y su utilización (como en el caso de un pintor al que se le enseña la técnica del dibujo, cómo preparar el lienzo, cómo
mezclar los colores y distribuirlos, etc.). En el caso de la Orden Martinista se enseñaría a apreciar la belleza de las más elevadas realizaciones espirituales y, por consecuencia, a apreciar la
obra que se pudiera haber alcanzado.
El Martinismo se ha considerado como el «Camino del Corazón», es
decir: El camino espiritual en el que el sentimiento, y la apreciación de lo más sublime, nos acerca a Dios
Louis Claude de Saint Martín, nuestro Venerable Maestro, declaró: La
única Iniciación que ansío, y busco con todas las fuerzas de mi alma, es aquella que nos permita entrar en el corazón de Dios y a Dios penetrar en el nuestro. Así seremos perfeccionados en el
matrimonio indisoluble que nos hará un amigo, un hermano y un esposo de nuestro Salvador Divino. Sobre la base de esta sublime aspiración el Martinista construye su edificio filosófico.